Esperanza Azul #LaCasaAzul

Un gran calambre recorre mi espalda. Después de 5 horas sentado intentando descifrar esos símbolos infernales que se hacen llamar ciencia, decido desencadenarme y salir fuera de esta carcelaria biblioteca a echarme un cigarrillo.
Cruzo la puerta y me surge la duda de si ya me había fumado el piti. Una nube gris marengo densa cual espuma rodea toda la zona. La vista no llega más que para diferenciar agujas de edificios y zeppelines quemándose, joder, ni siquiera puedo entretenerme viendo pasar a la muchachada ¿me he teletransportado a Londres?
Vuelvo a entrar cabizbajo, comparado con el infierno exterior parece que estoy dentro en un cuadro de Boticelli. Me acerco a mi garrote vil e intento buscar algo de oxigeno dentro de mi iPod, cuando ya no había hueco para la esperanza, vislumbro una luz azul.
Una luz alegre y juguetona reanima mi inexistente estado anímico, la pureza de sus letras y ritmos presagian un final feliz. ¿Qué es esta maravilla? Claro, La Casa Azul.
Para los que no les conozcan, la probabilidad de que te guste su música es directamente proporcional a la seguridad que tengas en tu propia personalidad. Una música libre, particularmente alegre y aparentemente infantil, aporta todo lo necesario para que la tarde se te pase más rápida y amena. Si te consideras una persona abierta y necesitas una dosis de positivismo, no lo dudes, lo que necesitas es un toque azul.
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