La evolución del mito #PinkFloyd

El día que por fin te encuentras frente al protagonista de todos aquellos grandes discos y momentos del pasado, demasiadas emociones salen a relucir, pero es una y solo una la que siempre gana, la excelencia.
Hubo un tiempo en el que valoraste sus verdaderas cualidades y las hiciste parte no solo de tu gusto musical sino de tu propia personalidad. Unas experiencias que te enamoraron y que siempre recordarás como tu zona segura, a la que siempre vuelves cuando te encuentras dubitativo y perezoso.
Entonces es cuando te encuentras cara a cara con él y te das cuenta de que hay algo que no funciona: su sonido no es el mismo (demasiado bajo tal vez), su voz es áspera y pesada (demasiados pitis tal vez), su ritmo es lento y holgazán (demasiados años tal vez) … Tu amor de verano se acaba de terminar y ni siquiera te has enterado, pero ¿por qué?
Fácil, los discos que escuchas y mitificas son del pasado. Entre ellos y tu "yo presente" hay muchos años de influencia musical, política y social, sus gustos han cambiado, sus preocupaciones han cambiado, ¡joder, es un artista, si no ha cambiado es que hay algo que no funciona!
Asúmelo, Doraemon se ha hecho mayor y tú también. Ahora solo te queda aceptarlo o repudiarlo, porque, ¿acaso el cliente no tiene siempre la razón?
¿Alguna vez os habéis planteado tocar la misma canción todos los días de tu vida?
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