La Gramola IV

Nos situamos frente a la horda de eruditos. Mirando al vacío nos explican que a un buen disco hay que darle varias oportunidades, que no vale con la primera impresión. La aglomeración de entendidos ya esta negando con la cabeza antes de que abramos la boca y una vez más (la última sí sí), nos interrumpe para compartir su metáfora: la música es como la cerveza, tarda uno en acostumbrarse hasta el punto de poder incorporarla al desayuno con regularidad.
Por fin a los seres de carne nos llega el turno y haciendo bocina y peineta con las manos gritamos : ¡Qué viva el zumo cabrones!
Atónitos ponen caras raras mientas les explicamos que ese elixir dulce y fresquito de colores llamativos y graciosa consistencia es un manjar de Dioses.
En esta entrega de la gramola vamos a deleitarnos con dos discos de buena calidad y fáciles de digerir, porque no todo lo bueno tiene que obligarte a poner cara de estreñido la primera vez que lo escuchas.
Django Django – Django Django
Este disco es pura vitamina. Las primeras tres canciones conforman un comienzo realmente potente, lleno de optimismo y energía, ideal para subir los ánimos, fregar toda la casa y salir después a correr un rato.
La malvada ironía todo lo rige y hay que reconocer que la primera canción puede desconcertar un poco, la acidez clásica de todo producto natural.
Un álbum lleno de joyas psicodélicas como «Firewater», víctimas de la publicidad como «Default» o experimentos químicos de la talla de «Skies Over Cairo»; una delicia que no empalaga y deja con ganas de más.
Fruta de la buena recién exprimida con un poco de hielo y sombrillita.
Alt-J – An Awesome Wave
En el otro lado del arcoíris emocional tenemos el debut de Alt-J: An Awesome Wave. Este álbum tuvo tanto hype en su día que aun resulta un poco sonrojante hablar de él, pero la verdad es que nos viene como anillo al dedo: a pesar de su original estructura y de estar lleno de vocecillas y coros raros, es el paradigma de disco que entra solo. De esos que te pones una y otra vez hasta que ya no los soportas mas.
Con un carácter algo más melancólico que Django^4, resulta en cierto sentido más conmovedor que este, adecuado para momentos de introspección.
En comparación con el anterior nos encontramos ante un zumo algo más sintético, un brebaje brillante nuclear y condensado de sorbitol que hará las delicias de aquellos que aun no lo han probado.
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