Pelea de gallos: Oasis Vs Blur

Vuelven los gallos de pelea con los ojos inyectados en sangre. Entrenamientos en las alturas, transfusiones, ingentes cantidades de solomillo en un sospechoso bar de Francia… todo lo necesario para enfrentamos en batalla épica y solucionar de una vez por todas la pregunta eterna, la cuestión musical de la que Leon Tolstoi hablaba, la chispa que desencadenó la caída del muro de Berlín y de la que ya se discutía en los evangelios apócrifos del mar muerto:
Oasis Vs Blur
Timmy Boy
Blur

Emisario
Oasis

Por fin una batalla digna de ser realizada, la madre de todas las discusiones sobre música de mi ignorante generación, gran motivación y más frente a mi sordo amigo Emisario, que maravilla.
Como bien decía Sun Tzu en el arte de la guerra “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado.” pues bien querido Emisario, el pequeño Timmy Boy se ha pasado demasiado tiempo escuchando con gran interés a los bufones de Oasis y eso, es muy peligroso.
Cuando pienso en Oasis pienso en Gravesen, mucho espíritu y poca cabeza. En verdad no nos equivoquemos, ¿Cuándo se ha valorado la cabeza por encima del corazón? La buena y trabajada música nunca ha primado en las masas frente a la verborrea barata. Ensalzar a unos seres despreciables y violentos como los Gallagher solo demuestra que nos gusta la acción y nos hacen gracia los bufones con acento cerrado, pero lo que son sus composiciones nos la pican.
Blur, su antagónico enemigo, nos enseñan una definición a la palabra música. Sus melodías son expuestas como capítulos ordenados de una novela, manteniendo una estructura conocedora de la cultura musical y donde no está permitido el griterío del estadio del Manchester City.
A la cabeza, nos encontramos a un hipercapacitado Damon Albarn, uno de esos extraños artistas con el don de hacer las cosas bien y con ganas de aventura. No hay más que fijarnos en otras creaciones suyas como pueden ser Gorillaz o el magnífico y poco conocido grupo “The Good, the bad & the Queen”, para saber que este músico es eso, un gran músico.
Uno a uno sus discos nos muestran una evolución real, en la que siempre han ido encontrando riquezas cuando se exploraba con cabeza y de la que nos quedan siete discos completos y conseguidos. Estos discos deberían ser estudiados por muchos grupos actuales, grupos desfogados de todas sus ideas en sus primeros discos y de los que solo piensan vivir de las rentas para el futuro. No colega, la música exige estudio y creación, si no sabes componer, pues versiona.
Hoy en dia hablar de Oasis es como hablar de democracia o de hidratos de carbono: el tema abraca tanto y está tan trillado que lo es todo y no es nada a la vez.
La banda The Rain, rebautizada como Oasis en 1991 tras la incorporación del mediano de los Gallagher, supone un antes y un después en el Pop y el Rock modernos.
La música británica, que durante casi dos décadas lo inundó todo, se encontraba dividida a mediados de los 90, cuando se acuñó el término «Britpop wars» en referencia a la competición entre Blur y Oasis. Por aquel entonces la cuestión tenía sentido pero a partir de «What´s the Story (Morning Glory)» Blur quedó relegado a un, tan amargo como respetable, segundo puesto.
Es un mundo injusto. Con el tiempo, perjudicados por la mala relación entre hermanos, Oasis dio bastante bajón y algunos discos posteriores de Blur fueron mejores… pero ya era tarde. Magníficos tanto en plan tranqui como dando caña, Oasis extendió sus tentáculos sobre otras bandas, radios y el subconsciente colectivo con intransigencia.
La pandereta de Noel, las distorsiones rollo desierto pos-apocalíptico y sus riffs perfectos, inconfundibles, son razón más que suficiente para su abrumadora influencia sobre la música actual. Sin embargo, lo que marcó la diferencia con los demás, el origen de la infinita sombra que Oasis proyecta, fueron las letras de Noel Gallager. Simples, pegadizas y a su vez cargadas de significado. Versos que emocionan y que para deleite de las masas cualquiera puede aprenderse y con los que Blur no puede ni siquiera soñar: mientras que todo el mundo sabe mal que bien canturrear Wonderwall e incluso de qué va, la composición más conocida de Blur dice literalmente: «uuuhhú»
La comparación es simplemente una broma. Durante casi 30 años Oasis ha conseguido elevarse y tocar el Sol, ardiendo y precipitándose en el vacío como Ícaro mientras Blur tomaba freshisuís y volaba la cometa.
No sé por qué te metes en estos berenjenales.
Comienzo
No solo es sobresaliente como inicio, sino que de segunda canción potencia aún más el resultado. Os presento a la panacea del comienzo.
Comenzar con Oasis es buenas noticias en sí mismo, da un poco igual que canción elijas. A mi me encanta esta.
Himno
Los buenos himnos son los que te hacen gritar con el energúmeno desconocido que tienes al lado. Prueba con esta y a lo mejor pillas carcamal.
Sin comentarios.
Romántica
El romanticismo no solo radica en la literatura, escuchad con atención y encontrareis su significado en esta maravilla melancólica.
Canción homenaje a The Kinks con la que conseguiréis vuestros húmedos objetivos. Todos a abrazarse y retozar entre lágrimas.
Baile
Una oda a los amantes de la verdadera fiesta, la que confunde mientras reanima tu alma.
Un poco de pogo de la mano mágica de los Gallager… un reflejo quizás de su turbia relación.
Locura
Donde unos ven locura, yo veo genialidad. Innovación en ritmos y sonidos para introducirse en nuestro atrofiado cerebro. Mi favorita.
Aquí flaqueamos. El problema con los grupos infinitos es que nada de lo que hacen suena muy loco: todo lo suyo es mainstream por definición.
Share this Post