Mañana soleada de sábado, flan gratis en la cafetería, cupones con el 30% de descuento en el día y yo con este terrible dolor de cabeza. Pamplinas, hacía tiempo que no me dolía tanto la cabeza, creo que ayer me envenenaron en el guateque, no tengo que volver a dejar a María Luisa engañarme con ese ponche.

Menos mal que en mis años locos, aprendí de un joven apuesto inglés los secretos para superar una resaquita pecadora. Lo primero que tenéis que hacer amiguitos, tiene calificación dos rombos, así que no os la voy a contar, no vaya a ser que os pongáis tontitos. Lo segundo, un brebaje mágico que tiene exactamente esta combinación de sustancias:

Todo bien mezcladito y pasado por el pasapurés.

Lo tercero y más importante, una lista de música mágica y animada que tenía tatuada cerca de la pelvis mi apuesto galán. Es mi secreto mejor guardado, pero puesto que nunca se sabe cuándo voy a volver a ver la luz del día, creo que os merecéis saberla.

Aquí os la dejo guapetones, os quiero.