Me estreno en el coto privado de caza de mi colega emisario, una tierra completamente dominada por la tiranía de lo oscuro y en la que me veo obligado a dar un poco de luz. Para esto os traigo un grupo de los míos, de los que pertenecen a todos lados pero que no saben lo que son, Stereolab.

Perdidos en sonidos liberados y repetitivos, nos introducen en la maravillosa sensación de la cálida desorientación. Desorientación, concepto justificadamente atacado muchas veces por los que la viven todos los días y ampliamente venerado por los que son incapaces de encontrarla.

Liberad vuestras mentes y no evaluéis lo que escucháis, pues entonces no entenderéis su mensaje.